El retorno de la Selva

Posted on April, 23 2018

Implementar un enfoque innovador con la finalidad de restaurar los paisajes deforestados y degradados por la extracción de oro artesanal
Por Claudia Coronado, WWF-Perú

En las últimas dos décadas, el departamento de Madre de Dios, ubicado en la Amazonía Peruana, ha enfrentado la creciente amenaza de la extracción de oro ilegal e informal.

Como consecuencia, el área conocida como La Pampa, ubicada en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata, ha sido invadida por miles de los llamados mineros de oro artesanales. De acuerdo con el Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP, por sus siglas en inglés), 560 hectáreas de bosque fueron destruidas en La Pampa entre abril de 2016 y septiembre de 2017.

En los últimos 15 años (del 2001 al 2016), se estima que en Madre de Dios se han perdido 162,000 hectáreas de bosques debido a la minería, la tala ilegal y el cambio de uso de la tierra para destinarla a la agricultura o la ganadería. Esta región es un reflejo de las tendencias nacionales; en el 2016 un total de 164,662 hectáreas fueron deforestadas en la Amazonía peruana.

Pese a la complejidad del problema, hoy, WWF, Wake Forest University (WFU), CINCIA y USAID están implementando un enfoque innovador con la finalidad de restaurar los paisajes deforestados y degradados por la extracción de oro artesanal. Estos cuatro socios están aplicando una nueva metodología científica y tecnológica con el objetivo de revertir algunos de los principales impactos de la minería en el país.

"Este proyecto, que comenzó en el 2015, inicialmente buscaba recuperar 42 hectáreas de parcelas piloto. En el 2018, alcanzará adicionalmente 140 hectáreas que serán reforestadas con más de 155,000 árboles, en dos de las áreas más afectadas por la minería: el distrito de Inambari y la provincia de Manu. Gracias a esta iniciativa, vemos cómo los suelos que habían perdido por completo su fertilidad vuelven a la vida", señala Edith Condori, Coordinadora del proyecto para WWF-Perú.

"Debido a esta experiencia piloto, ha sido posible determinar qué especies, técnicas y modalidades funcionan mejor y, en la actualidad, los municipios de Manu e Inambari serán los pioneros en la recuperación de sus bosques".

El proceso comienza en un laboratorio, donde CINCIA, en alianza con el Instituto de Investigación de la Amazonia Peruana, evalúa la presencia de mercurio en los suelos de 42 hectáreas dedicadas a plantaciones experimentales en los bosques de Cusco y Madre de Dios. En estas tierras altamente perturbadas, el equipo de científicos de CINCIA analiza la capacidad de regeneración natural de los ecosistemas acuáticos y terrestres afectados por la minería y pone en prueba distintos enfoques para mejorar los procesos naturales, y así desarrollar modelos exitosos de restauración ambiental.

Una de las soluciones propuestas para recuperar esta tierra es el uso de biocarbón, producido a partir de residuos de biomasa compuestos de cáscara de castaña y aserrín de madera. "Convertimos esta mezcla en carbón y la aplicamos a la tierra que fue degradada por la actividad minera y que, por consecuencia, es arenosa".

El carbón altera las propiedades químicas del suelo y la disponibilidad de nutrientes. También aumenta el carbono presente en la tierra y proporciona un hábitat favorable a los microorganismos, devolviendo la fertilidad al suelo. "Por lo tanto, esta tierra puede recuperar su capacidad de retener agua, nutrientes y microorganismos", explica Francisco Román, Director Científico de CINCIA.

La innovación se extiende más allá del laboratorio, no solo en busca de resultados, sino también para generar una mayor eficiencia y un mejor uso de los recursos dentro del proyecto en sí. Por ello, se ha construido el primer vivero forestal de alta tecnología en Madre de Dios, en alianza con la Municipalidad Distrital de Inambari, una de las zonas más afectadas por la extracción minera aurífera en esta región, dedicado a la producción de plántulas, llegando a 240,000 unidades por año, en comparación con las 10,000 que se lograron con los métodos tradicionales.

Del mismo modo, hoy es posible monitorear el progreso de la minería en la Amazonía y conocer sus impactos, gracias a un sistema de apoyo para la toma de decisiones, basado en información geográfica, el cual fue desarrollado conjuntamente con WFU y CINCIA. Esta herramienta virtual también permite visualizar las acciones que se están llevando a cabo para restaurar estas áreas.
 
La escala de estos resultados ha atraído más que un simple interés. Los municipios locales y los ministerios se han unido a la iniciativa, invirtiendo cerca de USD 800,000.

El Ministerio del Ambiente se ha comprometido a destinar más de USD 300,000 para que la Municipalidad Provincial de Manu asuma la tarea de reforestar y recuperar 60 hectáreas, donde se espera sembrar 66,000 árboles durante el 2018 con la participación de 10 comunidades indígenas, incluyendo los Harakbut de San José de Karene, Puerto Luz y Shintuya. El Ministerio de Agricultura y Riego, a través de SERFOR (Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre del Perú), también se ha comprometido a financiar el trabajo de recuperación realizado por el Municipio de Inambari.

Además, en marzo durante la Hora del Planeta se destacó el tangible compromiso demostrado por los peruanos hacia la conservación de sus bosques y a este proyecto.

Ese día, WWF, CINCIA y la Municipalidad de Tambopata e Inambari plantaron 1,000 árboles en áreas degradadas. Con los alcaldes de Tambopata e Inambari uniéndose como Embajadores de la Hora del Planeta, estos árboles darán nueva vida a grandes áreas de la selva tropical, aumentando el impacto de las iniciativas de reforestación y restauración.

"El aspecto más valioso es la combinación de la ciencia y el compromiso político y social. Ahora, la prioridad es seguir replicando esta iniciativa en otros lugares de la Amazonía con el apoyo de los gobiernos locales y regionales", concluye Condori.

Los próximos planes para el proyecto incluyen implementar dos nuevos viveros tecnificados en las localidades de Salvación y Boca Colorado y proporcionar a la Municipalidad de Manu de un moderno Sistema de Información Geográfica y drones, cuyas fotos y videos facilitarán el monitoreo del progreso de esta iniciativa.

"La ciencia ha sido el punto de partida para abordar un problema tan complejo. Desde la investigación y experimentación de diferentes métodos para la producción más eficiente de plántulas, hasta el uso de información geoespacial para determinar el manejo más apropiado para la recuperación, y el uso de los drones para el monitoreo: la ciencia ha sido el centro de nuestro enfoque de conservación", señala Nelson Gutiérrez, líder científico de la iniciativa en WWF-Perú.

La conservación de la biodiversidad es otra razón por la cual es imperativo recuperar paisajes deteriorados y prevenir impactos adicionales. Madre de Dios es considerada la capital de la biodiversidad del Perú, y es reconocida internacionalmente como tal, con récords en cantidad de especies, endemismos y demás. Allí, un solo árbol puede albergar más especies de hormigas que todas las Islas Británicas.

"Estamos utilizando cientos de cámaras trampa y grabadores de sonido, para monitorear el comportamiento de la vida silvestre, y estamos constantemente sorprendidos con la densidad y diversidad de especies, incluso en áreas con presencia humana donde antes había impactos serios, y donde las actividades de hoy se llevan a cabo de manera sostenible y responsable", continúa Gutiérrez.

182 hectáreas de bosques recuperados es un área grande, y su impacto se magnifica de manera exponencial, cuando se considera el enfoque de conectividad y recuperación del paisaje. "A través de este proyecto, podríamos estar conectando cientos de miles de hectáreas en el bosque más biodiverso del mundo", concluye Gutiérrez.

A través de este proyecto, la tecnología, el compromiso político y la participación de las personas de la localidad confluyen en armonía para garantizar un futuro cada vez más verde para el sur de la Amazonía peruana.
Edith Condori
© WWF-Peru
WWF-Peru
© WWF-Peru