Posted on abril, 25 2014

Como cada año, Semana Santa marca un peak para el consumo de pescados y mariscos en nuestro país. Es así como en esta época del año, una gran cantidad de chilenos vuelca la mirada hacia el mar y los productos que nos entrega.

Lamentablemente, las aguas no están muy calmas. Por estos días, hemos conocido algunas decisiones de la autoridad pesquera que podrían comprometer aun más la alicaída sustentabilidad del sector, contradiciendo el principio rector de la nueva Ley de Pesca. En este sentido, la Subsecretaría de Pesca adelantará la cuota de extracción de merluza común del segundo semestre de los pescadores artesanales y permitirá a la flota semi-industrial de cerco capturar más anchoveta de la permitida, en el marco de un programa de investigación que estableció la Ley del Descarte.

Cabe preguntarse si se ha evaluado técnicamente si dichas medidas favorecen la recuperación de recursos que hoy se encuentran sobreexplotados y al borde del colapso. O, entendiendo que son medidas paliativas para la economía pesquera, es muy válido cuestionarse también si se han tomado las acciones para prevenir que se vulneren las cuotas máximas de dichos recursos. Lamentablemente, pareciera ser que la respuesta es no.

Es difícil para la flota de cerco pescar sardina sin capturar anchoveta, porque ambas viven juntas. Pero no puede ocurrir que por permitir pesca de sardina, cuya cuota supera el medio millón de toneladas, se permita capturar y desembarcar anchoveta por sobre el máximo sustentable de 40 mil toneladas recomendado por el Comité Científico. La medida (Resolución Exenta 946) que ha tomado Subpesca -que parece tener todas las características para ser impugnada- no sólo puede atentar contra la recuperación de la anchoveta, sino que puede sentar un pésimo precedente, volviendo a viejas malas prácticas, similares a las pescas de investigación "truchas", pues aparece como un aumento encubierto de cuotas.

Subpesca no sólo debe actuar con sensibilidad por los asuntos sociales inmediatos, sino que debe cautelar el espíritu general de la Ley, cuyos criterios de sustentabilidad fueron apoyados por WWF junto a otras ONGs ambientales. Así, debe propender a recuperar las pesquerías sobreexplotadas, y en todos sus actos considerar el principio precautorio y asegurar la sustentabilidad a largo plazo. De lo contrario, el Vía Crucis del sector pesquero se perpetuará y los pescadores, sobre todo los artesanales, seguirán siendo los más dolidos penitentes.