Nuevo acuerdo climático, vital para la paz

Posted on December, 23 2015

Por fin, luego de años de arduas negociaciones, de fracasos y frustraciones, los 195 países que hacen parte de la COP21 adoptaron un acuerdo universal y vinculante para enfrentar uno de los desafíos más grandes de este siglo.

Por: Mary Lou Higgins*

Columna  publicada originalmente en El Espectador.com

“Tenemos que hacerlo, podemos y finalmente lo hicimos”

Así terminó el discurso de Christiana Figueres, secretaria de la Convención Marco de Cambio Climático, en la plenaria de la COP21 en París. Por fin, luego de años de arduas negociaciones, de fracasos y frustraciones, los 195 países que hacen parte de la COP21 adoptaron un acuerdo universal y vinculante para enfrentar uno de los desafíos más grandes de este siglo.

Este pacto global dejó claro que no podemos exceder la temperatura global en más de 2ºC y que debemos hacer todo lo posible para limitarla a 1,5ºC, de lo contrario entraremos en un desajuste climático de consecuencias graves e irreversibles para la humanidad y la naturaleza. El mundo tiene que tomar acciones decididas como acelerar la transición hacia las energías renovables como motor del desarrollo y proteger a los más vulnerables. El Acuerdo de París estableció una meta global de adaptación que nos dirige a construir economías resilientes a los embates del cambio climático. Para Colombia, uno de los países más vulnerables ante este fenómeno, adaptarse es la gran prioridad.

Pero tal vez, uno de los elementos que hace histórico y trascendental este compromiso, es que por primera vez un acuerdo multilateral de cambio climático reconoce el papel crucial que juegan los bosques como una respuesta integral al calentamiento de la Tierra para mitigación y la adaptación. Actualmente, la deforestación y la degradación contribuyen entre 14-21% de las emisiones globales y en Colombia es una de las fuentes principales de emisiones de gases efecto invernadero. Frenar la deforestación, restaurar nuestros bosques y proteger y manejarlos de forma sostenible son condiciones vitales para hacerle frente al cambio climático y para construir la paz que anhelan los colombianos.

Paralelo a este momento de una nueva gobernanza climática global, Colombia también está viviendo un proceso histórico. Luego de décadas de fracasos y frustraciones, en 2016 la guerra podría quedar atrás. En este contexto, de un escenario posconflicto al que nos estamos encaminando debemos promover un desarrollo bajo en carbono, en donde los bosques juegan un papel central.

El proceso de posconflicto tendrá que generar nuevas paradigmas de desarrollo y repensar y fortalecer el ordenamiento y la gobernanza en los territorios considerando que la finalización del conflicto armado podrá desencadenar en la transformación de grandes paisajes con ecosistemas naturales en regiones antes marginadas de la producción económica. Un análisis de la ONU publicado en el 2015, muestra que más del 90% de los municipios con prioridad en el posacuerdo tienen alguna figura de protección o de regulación de su uso, algunos con hasta el 100% de su área bajo éstas.

Hay que tomar en cuenta que las áreas de interés para la expansión minera se superponen con zonas muy sensibles y ricas ambientalmente, especialmente en biodiversidad y recursos hídricos y forestales. Se han solicitado miles de títulos mineros en áreas protegidas y de conservación ambiental. Las solicitudes de títulos mineros durante el período 2000-2010 alcanzaron el 59% del territorio continental. El desarrollo minero a esta escala con todo la infraestructura asociada no sería compatible con la conservación de los bosques y generaría conflicto en los territorios.

Entonces, ahora más que nunca tenemos que reconocer el valor de los bosques y las áreas protegidas para el desarrollo local y territorial, tanto para cumplir con los compromisos internacionales como para generar procesos de paz en el territorio. Son lugares estratégicos de conservación que albergan suministros de agua, reducen los impactos de desastres naturales, mantienen la producción de alimentos, el acceso a medicinas tradicionales y como una alternativa para el desarrollo turístico sostenible.

De ahí la importancia de los anuncios y alianzas del gobierno de Colombia en la Cumbre de Cambio Climático en París. El presidente Santos, al iniciar la Cumbre del Clima en París, posicionó a las áreas protegidas como una de las prioridades de su Gobierno, junto a su compromiso de más de siete millones de hectáreas nuevas al final de su mandato. Ésto reforzado en iniciativas como el Fondo para la Paz Colombia Sostenible, la cooperación con Alemania, Noruega y Reino Unido para reducir la deforestación, la declaración de la Red Latinoamericana de Áreas Protegidas en que 18 países posicionan las áreas protegidas en el acuerdo climático y la alianza con Patrimonio Natural, WWF; Fundación Moore, WCS y CI, para trabajar en equipo para financiar y mejorar la gestión del sistema de áreas protegidas del país.

Es el momento de integrar dos procesos históricos: el nuevo acuerdo climático y la construcción de la paz. El punto de encuentro está en la protección y manejo sostenible de nuestros bosques y áreas protegidas.

* Directora de WWF Colombia.

Mary Lou Higgins, Directora de WWF Colombia, durante la Feria de Teletrabajo
© WWF-Colombia