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FINANZAS
Dicen que el dinero hace girar al mundo. Creemos que puede hacer mucho más que eso y marcar una diferencia positiva en el futuro de las personas y la naturaleza.

Desde los bancos que otorgan créditos hasta las aseguradoras que brindan coberturas contra el riesgo, el sistema financiero global impulsa muchas actividades económicas que afectan nuestro planeta. El dinero permite a las compañías petroleras perforar el Ártico y a las industrias agrícolas talar bosques tropicales o construir presas en ríos que solían fluir libremente. Pero también es la clave para hacer que nuestros hogares usen energía más eficiente, restaurar paisajes degradados o ayudar a los pequeños agricultores a aumentar sus recursos de forma sostenible.

Al demostrar el valor de la naturaleza y los vínculos entre los riesgos financieros y ambientales, tenemos por objetivo redirigir el flujo de las inversiones en las actividades que dañan el planeta hacia aquellas que ayudan a repararlo.

Riesgos
Los impactos ambientales o la sostenibilidad a largo plazo en decisiones de inversión no han sido considerados hasta el presente por el mundo de las finanzas. Es necesario que esta situación cambie.

Los problemas medioambientales plantean riesgos reales para las empresas. Entre estos podríamos encontrar la escasez de agua, la disminución en la distribución de suministros de recursos naturales, el aumento de precios - producto de las oscilaciones de temperatura provocadas por el cambio climático- o pagos de seguros.

De la misma forma, a medida que los gobiernos aumenten las normas ambientales y los consumidores demanden estándares más altos, las compañías financieras que no se adapten quedarán atrás, debido a que vinculaciones con la deforestación por ejemplo, podrían dañar su reputación y generar grandes pérdidas para los accionistas. En este sentido, si los gobiernos cumplen con sus compromisos climáticos, las inversiones en combustibles fósiles podrían caer significativamente.

© WWF / Roger LeGUEN
Oportunidades
De manera alentadora, muchos inversionistas e instituciones financieras están comenzando a reconocer los beneficios de tomar decisiones que ayudan a abordar la pérdida de los ecosistemas.

Algunos bancos ya están sugiriendo a sus clientes adoptar estándares de sostenibilidad más estrictos, lo que ha logrado que un número cada vez mayor de fondos de inversión se retiren del uso de combustibles fósiles, además del crecimiento de inversiones en proyectos que generen beneficios ambientales y sociales.

Un futuro sostenible para las finanzas aún puede ser rentable. El Acuerdo de París podría abrir nuevas oportunidades de inversión por un valor de casi $23 billones de dólares para el 2030 en sectores como energía renovable, eficiencia energética y tecnología baja en carbono. Alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU podría crear al menos $12 billones de dólares en oportunidades de mercado que irían desde la reducción en el desperdicio de alimentos, hasta la transformación de los sistemas de transporte público urbano.

WWF
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Qué estamos haciendo
Trabajamos con bancos, aseguradoras, reguladores, entre otras instituciones, para garantizar que el sistema financiero reconozca el verdadero valor de la naturaleza.

Actualmente estamos demostrando cómo los riesgos del cambio climático como la escasez de agua y la pérdida de biodiversidad pueden afectar a las inversiones. En este sentido, sugerimos a las instituciones financieras alinear sus carteras con los objetivos del Acuerdo de París, lo que implicaría que solo deberán invertir en empresas y proyectos que contribuyan a mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2°C.

También, apelamos a una mayor inversión en desarrollo sostenible, trabajando con el sector financiero para desarrollar nuevas formas de movilizar recursos para la conservación y restauración de la naturaleza, utilizando su influencia para impulsar prácticas sostenibles en el resto de la economía.