En Brasil, Productores de Soya Buscan Licencia para Deforestar el Amazonas

Posted on diciembre, 13 2024

Ataque Sin Precedentes al Moratorio de la Soya Amenaza la Preservación del Bosque Tropical Más Grande del Mundo

En un año que se perfila como el más caluroso registrado, con eventos climáticos extremos, causando muertes y pérdidas millonarias en Brasil y en todo el mundo, un grupo de productores de soya brasileños está lanzando un ataque sin precedentes contra el Moratorio de la Soya. Este acuerdo multisectorial entre productores, comerciantes, sociedad civil, industrias y el gobierno es considerado una de las iniciativas de protección ambiental más exitosas. Ha permitido el crecimiento económico sin un aumento proporcional en la deforestación del Amazonas, un punto crítico para el clima global. Desde su creación hace 18 años, la deforestación directamente causada por la producción de soya en el Amazonas ha disminuido significativamente, incluso mientras la producción se ha expandido. A pesar de esto—y de la importancia del Amazonas para el clima global y los patrones de lluvia en el sur y centro de América del Sur—los productores de soya brasileños buscan desmantelar este acuerdo y obtener licencia para talar el bosque tropical más grande del mundo.

Lee la declaración conjunta completa aquí en inglés

El valor principal del Moratorio de la Soya radica en establecer un sistema de control de origen que evita que la soya vinculada a la deforestación entre en la cadena de producción. Este sistema desalienta a los productores de soya de adquirir o invadir nuevas áreas forestales, sabiendo que enfrentarán dificultades para vender su producción en el futuro. Este mecanismo responde al deseo de los consumidores globales de no contribuir a la destrucción de un bioma que alberga el 10% de la biodiversidad del mundo y cumple con acuerdos globales sobre clima, biodiversidad y comercio, como el reciente pacto UE-Mercosur, que incluye salvaguardas ambientales.

El ataque actual debilita las garantías del Moratorio y abre la puerta para que la expansión de la frontera de soya se convierta en un nuevo vector de deforestación en el Amazonas, que ya sufre por la expansión de pastizales, minería y tala. El bosque tropical más grande del mundo, que abarca nueve países sudamericanos, tiene más de la mitad de su superficie (60%) en Brasil, donde ya se ha perdido casi el 20% de su cobertura nativa, acercándose a un punto de no retorno. Si esto ocurre, el mundo perderá uno de sus mayores sumideros de carbono, poniendo en peligro los objetivos del Acuerdo de París.

El Moratorio de la Soya ha frenado la deforestación causada por la expansión de la producción en el Amazonas sin frenar el crecimiento del cultivo en la región. Desde su implementación, el área plantada con soya en el Amazonas ha crecido de 1,64 millones de hectáreas en 2007 a 7,28 millones en 2022, con solo 250,000 hectáreas provenientes de áreas deforestadas después de 2008, el año base del acuerdo. Este crecimiento fue posible porque los cultivos avanzaron sobre áreas ya despejadas.

A pesar de no impedir el crecimiento productivo, algunos productores de soya brasileños están atacando el Moratorio en múltiples frentes, incluyendo el Congreso Nacional y Mato Grosso, el principal estado productor de soya de Brasil. Mato Grosso produjo 85,7 millones de toneladas de soya en la cosecha 2023/2024, un 75% más que las 50,5 millones de toneladas de Argentina en el mismo periodo. Recientemente, el estado aprobó una ley, efectiva en 2025, que elimina beneficios fiscales para las empresas que adhieren al pacto.

Estas leyes estatales y federales, impulsadas por la presión de los productores de soya, podrían llevar al colapso del Moratorio en 2025, abriendo la puerta a un nuevo y poderoso vector de deforestación en el Amazonas. Si el Moratorio se revoca, los consumidores globales podrían estar comprando soya proveniente de áreas deforestadas, y los productores brasileños perderán, ya que los patrones regulares de lluvia dependen de la preservación del Amazonas. Finalmente, Brasil será el principal perdedor.

Un grupo de 30 organizaciones brasileñas denuncia este ataque al Moratorio, publicando un manifiesto en su contra. Firmado por ONG como Greenpeace, WWF-Brasil, Action Aid y organizaciones locales como SOS Amazônia, ICV, Instituto Kabu y el Centro de Trabalho Indigenista, el manifiesto exige acciones contundentes de los sectores público y privado para reducir rápida y significativamente la deforestación.

Angela Mendes, presidenta ejecutiva del Comité Chico Mendes, afirma:
"No hace mucho, nuestra principal preocupación ambiental en Acre era la deforestación para pastos de ganado, pero recientemente, la soya ha dominado el paisaje, especialmente en el Valle del Acre, desde Rio Branco hasta Assis Brasil. Esto no puede continuar."

Cristiane Mazzetti, coordinadora de Greenpeace Brasil, añade:
"Pedimos a las empresas participantes que no cedan ante esta presión ni descarten los resultados de 18 años del Moratorio."

Maurício Voivodic, director ejecutivo de WWF-Brasil, destaca:
"La preservación del Amazonas debe ser prioridad para los productores rurales que ya sienten los efectos del cambio climático."

Edilene Fernandes, consultora legal de Observa-MT, comenta:
"El Moratorio de la Soya busca eliminar la deforestación en la cadena de producción de soya en el bioma amazónico, y varios estudios científicos han probado su éxito. Sin embargo, el acuerdo enfrenta restricciones nacionales, como la reciente ley estatal en Mato Grosso que elimina incentivos fiscales para las empresas que firmen acuerdos comerciales para reducir la deforestación en sus cadenas de suministro. Necesitamos defender este importante instrumento para el desarrollo sostenible, y por eso Observa-MT firmó el manifiesto, sabiendo que todos los esfuerzos son necesarios para confrontar el desmantelamiento del Moratorio en nuestro país."

Alice Thuault, directora ejecutiva del Instituto Centro de Vida (ICV), concluye:
"La aprobación de estas leyes por legislaturas y ejecutivos estatales, diseñadas para desmantelar esta herramienta crucial para reducir la deforestación, muestra claramente una falta de compromiso con la crisis climática."